jueves, 30 de octubre de 2008

la revolución pendiente

Aún queda una revolución pendiente. La del arte, la del sentimiento, la del contenido. He muerto tantas veces esperando verla a ella, tan imposible…Queda despojarnos de nuestro nombre, del pesado altar que aun sin querer todos reclamamos, devolver nuestro espíritu a la tierra, a la maternal esencia que todos llevamos dentro y que siempre nos afanamos en ocultar.
Nos queda pendiente aprender el abrazo, desechar la desidia, echar abajo los muros de lo “bueno” y lo “malo”. No alcanzaremos jamás satisfacción alguna hasta que no sintamos que nuestras puertas se abren para todos, hasta que la íntima esperanza de ser libres que todos albergamos despierte a la vida, a la comunión de todos los senderos que bajo el sol recorremos día a día, a veces cansados, otras decididos, pero siempre con un único anhelo: no sentirnos solos, sabernos comprendidos, amados, y respirar cada segundo esa dicha.

Queda una revolución pendiente, pero aún no hemos sabido defenderla.

1 comentario:

Enrique Alcina Echeverría dijo...

Me ha encantao tu reflexión, Ignacio, hay que ver lo bien que te ha sentado el cambio de aires, me has dejado cavilando, creo que esa revolución personal llegó tarde a España, como otras cosas, y que cada uno la libra a su manera y a su ritmo, los que logran captar su esencia y la necesidad de alcanzarla, voy a darle más vueltas al coco ... un abrazoooo